Para “abrir boca” hasta la llegada del XI Congreso anual de Grupo Develop, el próximo 22 de noviembre, hablamos en este breve artículo sobre uno de los conceptos que vertebran el acto : “la cultura de las organizaciones”.
La definición de Sonia Belalcázar Belalcázar, docente de la Universidad de Navarra, nos parece una de las más acertadas. Nos dice lo siguiente: “La cultura organizacional permite entender que los trabajadores que forman parte de una organización, son personas que construyen historias que están argumentadas desde los significados que elaboran con el otro, que se constituyen en sistemas simbólicos y relatos compartidos que afectan no solo sus actos mecánicos sino sus representaciones y conductas”1
Las organizaciones se convierten entonces en ecosistemas o realidades recreadas por sus propios protagonistas, escenarios de construcción social dentro de un entorno cada vez más global.
Por otro lado, Great Place to Work (GPTW) que reconoce, en base a su modelo de investigación, a las mejores empresas donde trabajar, valida la calidad de la cultura organizacional en base a 5 dimensiones: credibilidad, respeto, imparcialidad, orgullo y camaradería. Las personas, las relaciones entre ellas y la construcción de sus relatos continúan apuntalando el bienestar y la salud laboral.
Actualmente, la cultura organizacional se ha convertido en uno de los principales motivos por el que decidimos cambiar de organización y es uno de los principales impulsores o frenos al proceso de gestión del cambio y adaptación para la supervivencia de las organizaciones.
Numerosos artículos e informes nos hablan del cambio de valoración de los/as trabajadores/as y candidatos/as que postulan a una oferta de empleo tras la pandemia. Un ejemplo es la red profesional LinkedIn, según sus datos internos, el 67% de las ofertas de empleo tienen más interacción cuando hacen referencia a la cultura organizacional.2
De manera generalizada, consideramos cada vez más relevante que la organización en la que trabajamos aporte su granito de arena a crear un futuro más sostenible o resolver problemáticas sociales, medioambientales, etc. Compartir el “propósito” de la organización y su cultura cobra cada vez más importancia en la retención y captación del talento.
Éstas y otras reflexiones tendrán su espacio en el próximo Congreso. ¡ Te esperamos!
[1] Belalcázar, S. (2012) “Cultura organizacional”: Informes Psicológicos, Vol. 12, Nº. 1, 2012, págs. 41-51.